Receta tradicional de buñuelos de viento

Los buñuelos de viento son una deliciosa y esponjosa tentación que nos transporta a la infancia y nos evoca momentos de alegría y celebración. Esta tradicional receta, cuyo origen se remonta a la época medieval, ha perdurado a lo largo de los años y sigue siendo uno de los postres más populares en muchas culturas.

Si quieres darle un toque extra de sabor, puedes rellenarlos con crema pastelera, chocolate derretido o incluso dulce de leche. Para ello, utiliza una manga pastelera con una boquilla fina e introduce el relleno en el centro de cada buñuelo.

Esta receta tradicional de buñuelos de viento es muy versátil y puedes adaptarla según tus gustos personales. Si prefieres un toque más cítrico, puedes añadir un poco de ralladura de naranja en lugar de limón. También puedes agregar una pizca de canela o vainilla a la masa para darle un aroma extra.

Ingredientes:

Preparación:

1. En una cacerola, calienta el agua con la mantequilla hasta que esta última se haya derretido por completo. Asegúrate de remover constantemente para evitar que se queme.
2. Añade la harina de golpe y mezcla vigorosamente hasta obtener una masa homogénea. Continúa removiendo durante unos minutos para que la harina se cocine y la masa se despegue de las paredes de la cacerola. Retira del fuego y deja enfriar durante unos minutos.
3. Agrega los huevos uno a uno, batiendo enérgicamente después de cada adición. La masa debe quedar suave y ligeramente pegajosa. Añade la ralladura de limón y mezcla nuevamente para integrar todos los ingredientes.
4. Llena una manga pastelera con la masa y corta la punta para obtener un diámetro de aproximadamente 2 cm. Si no tienes manga pastelera, puedes utilizar una cuchara para hacer pequeñas porciones de masa.
5. Calienta abundante aceite en una sartén a fuego medio-alto. Una vez que el aceite esté caliente, comienza a freír los buñuelos. Para ello, presiona la manga pastelera o la cuchara sobre el aceite caliente y utiliza unas tijeras para cortar la masa en trozos de aproximadamente 2 cm.
6. Fríe los buñuelos por ambos lados hasta que estén dorados y crujientes. Escúrrelos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
7. Espolvorea generosamente los buñuelos de viento con azúcar glas antes de servir. Puedes tamizar el azúcar para evitar grumos y asegurarte de que queden cubiertos de manera uniforme.

Los buñuelos de viento son ideales para disfrutar en cualquier momento del día. Su textura ligera y esponjosa los hace perfectos para acompañar una taza de café o té, e incluso pueden convertirse en el protagonista de un delicioso postre.

No importa cómo decidas disfrutarlos, los buñuelos de viento siempre serán una opción irresistible. Su sabor dulce y su textura ligera los convierten en el acompañante perfecto para cualquier ocasión. Anímate a prepararlos y sorprende a tus seres queridos con este clásico de la repostería tradicional. ¡Buen provecho!